CONSECUENCIAS DEL ESTRÉS
El estrés se
manifiesta de varias maneras, como presión sanguínea elevada, úlceras,
irritabilidad, dificultad para tomar decisiones rutinarias, pérdida del
apetito, propensión a sufrir accidentes, etcétera. Estos síntomas se agrupan en
tres categorías generales: fisiológicos, psicológicos y conductuales.
1.
Síntomas
fisiológicos En un principio, la mayor parte del interés por el estrés
se concentró en los síntomas fisiológicos, ya que la mayoría de los
investigadores eran especialistas en ciencias médicas y de la salud. Su trabajo
llegó a la conclusión de que el estrés podía inducir cambios en el metabolismo,
aumentar la frecuencia cardiaca y respiratoria, elevar la presión sanguínea,
generar dolores de cabeza e inducir ataques cardiacos. Actualmente, las
evidencias sugieren con claridad que el estrés puede tener efectos fisiológicos
dañinos. Un estudio relacionó las demandas estresantes de trabajo con una mayor
susceptibilidad a las enfermedades respiratorias superiores y un mal
funcionamiento del sistema inmunológico, especialmente en los individuos con
una baja autoeficacia. Un estudio de largo plazo realizado en Reino Unido
reveló que la tensión laboral estaba relacionada con mayores niveles de
enfermedades coronarias. Otro estudio realizado con trabajadores de servicios
humanos daneses encontró una relación entre altos niveles de agotamiento
psicológico en la unidad de trabajo y niveles significativamente elevados de
ausencias por enfermedad. Muchas otras investigaciones han reportado resultados
similares al relacionar el estrés laboral con una variedad de indicadores de
problemas de salud.
2.
Síntomas
psicológicos: La insatisfacción laboral es “el efecto psicológico más simple
y evidente” del estrés. Sin embargo, el estrés se manifiesta en otros estados
psicológicos como tensión, ansiedad, irritabilidad, aburrimiento e indecisión.
Por ejemplo, un estudio que registró las respuestas fisiológicas de los
empleados durante un tiempo encontró que el estrés ocasionado por mayores
cargas de trabajo estaba relacionado con presión sanguínea más elevada y
menores niveles de bienestar emocional.
Los puestos
que imponen demandas múltiples y conflictivas, o que no ofrecen claridad sobre
las obligaciones, la autoridad y las responsabilidades del trabajador, aumentan
el estrés y la insatisfacción. De manera similar, cuanto menos control tengan
las personas sobre el ritmo de su trabajo, mayores serán el estrés y la
insatisfacción. Parece que los empleos que brindan poca variedad,
significancia, autonomía, retroalimentación e identidad provocan estrés y
reducen la satisfacción e involucramiento en el trabajo. Sin embargo, no todas
las personas reaccionan de la misma forma ante la autonomía. Para las personas
que tienen un locus de control externo, un mayor control del trabajo aumenta la
tendencia a experimentar estrés y agotamiento.
3.
Síntomas
conductuales: A lo largo del tiempo, se han llevado a cabo
investigaciones sobre la conducta y el estrés en varios países, y las
relaciones parecen ser relativamente consistentes. Los síntomas conductuales
del estrés incluyen reducciones en la productividad, mayor ausentismo y
rotación, así como cambios en los hábitos alimenticios, más tabaquismo o
consumo de alcohol, habla rápida, inquietud y trastornos del sueño. Diversos
estudios han investigado la relación entre el estrés y el desempeño.
Gomo se
mencionó antes, los investigadores han empezado a establecer una diferencia
entre los factores de estrés desafiantes y los obstructores, indicando que
estas dos formas del estrés tienen efectos opuestos sobre la conducta laboral,
especialmente sobre el desempeño.
Un metanálisis
de las respuestas de más de 35,000 individuos reveló que la ambigüedad del rol,
el conflicto de roles, la sobrecarga de trabajo, la inseguridad laboral, la
incertidumbre ambiental y las restricciones situacionales se relacionan de
manera negativa con el desempeño laboral. También hay evidencias de que el
estrés desafiante mejora el desempeño laboral en un ambiente de trabajo con
apoyo, mientras que el estrés obstructor reduce dicho desempeño en todos los
ambientes de trabajo.
Robbins (2013)
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